martes, abril 22, 2008

MODIGLIANI y su tiempo II.-
Pues llego el día en que pude escaparme a la capital para presenciar una de las mayores exposiciones que he contemplado de él. Digo mayor porque ha sido grande en todos los sentidos, para lo bueno y para lo malo.

Lo bueno: La mayor coleccion de obras reunidas que he tenido la oportunidad de ver. Ya estuve hace unos años (bastantes) en Segovia y hace un par en Roma. Entre la Fundación de la plaza San Martin y el Museo en el Paseo del Prado, se reúnen mas de cien obras que nos dan la oportunidad de contemplar las influencias de sus cotemporaneos, la eterna búsqueda por crear un propio estilo en el Paris de la época y en los movimientos artísticos en los que se encuadraban a unos u otros y la belleza y elegancia con la que realiza desnudos y retratos. Este contexto en el que se encuadra la exposición también nos ofrece fotografias de él con sus coetáneos, así como de los lugares frecuentados, los talleres en los que producían o la tumba donde se encuentran sus restos.

Lo malo de todo esto: El gran MERCADO que rodea la exposición. Sé que resulto un poco ingenua al sorprenderme y "ofenderme" por el tratamiento dado a (creo no equivocarme) la mayor colección de obras expuestas en este país. Resulta que en la tienda del museo lo venden todo, absolutamente todo que tenga que ver con Amadeo. Un libro de Ken Follet donde lo único que tiene que ver es la portada y el título, allí estaba. Una pelicula de hace unos años con Andy Garcia como Modigliani, allí estaba. Platos, tazas, ceniceros, lapices, puzzles, camisetas y lo más sorpredente; toallitas de fieltro para limpiar todo tipo de lentes con cuadros del artista. INCREIBLE.

La exposición del museo empieza con esta frase del autor: “El hombre que no es capaz de extraer continuamente de su energía nuevos deseos, e incluso un individuo nuevo, ni de derribar todo lo que ha quedado viejo y podrido para reafirmarse, no es un hombre: es un burgués, un boticario, un cualquiera”. Se la han pasado por el forro. O no si lo que leen es como conseguir nuevas ideas para sacar más metálico.

Lo dicho, lo mismo que lo hizo morir en la miseria hoy es utilizado para conseguir más beneficios a su costa. Si el muerto levantara la cabeza....como se suele decir, quemaría toda su obra para que dejaran de comerciar de esta manera tan patética y seguiría produciendo y quemando y porduciendo para seguir en esa eterna busqueda pictórica y yo diría que vital, del más allá.